Una ciudad es como el cuerpo humano. La red de calles es el sistema cardiovascular de la ciudad, que garantiza que todo lo relacionado con la gente, el tráfico y los negocios funcione bien. Cuando todo está en orden (en otras palabras, cuando el cuerpo está sano), no hay problemas. Pero cuando algo no funciona bien empiezan los problemas de salud.
El flujo del tráfico es como el torrente sanguíneo en un cuerpo humano
Las calles de la ciudad son como las venas de nuestro cuerpo. Al igual que las venas hacen circular la sangre dentro del cuerpo, distribuyendo el oxígeno, las calles de la ciudad hacen que las personas y los negocios circulen, estén en movimiento, dando vida al ecosistema de la urbe y manteniendo esa vida cada día.
Las calles permiten que bienes, servicios y personas puedan moverse de un punto a otro, encontrarse, hacer negocios e impulsar la economía. Cuanto más fácil sea el desplazamiento de un punto A a un punto B, mejor se sentirá el cuerpo (la ciudad), y mejor funcionará.
Para optimizar la habitabilidad, la accesibilidad y el progreso, las redes de calles de las ciudades necesitan funcionar bien y permitir un flujo fluido de movilidad.
Para gestionar la vida en una ciudad y que vaya creciendo, se desarrolle y haga feliz a sus habitantes, esa ciudad debe ser capaz de asumir el estrés diario de su red de calles.
Cuanto más grande es una ciudad, mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares tiene
Ya sabemos que uno de los mayores riesgos para la salud es la obstrucción de las arterias. Cuando la sangre no puede circular, el cuerpo humano no puede vivir.
Cuando las ciudades van creciendo, el estrés entre las calles y los transportes también se vuelve mayor. Se implanta y se amplía el transporte público, se agrandan carreteras y se construyen más entradas a la ciudad, buscando mejorar la conexión de las redes para controlar los problemas del tráfico como sea posible.
Es necesario, porque cuando las calles se congestionan la ciudad lucha por la supervivencia. La movilidad es vital en las grandes ciudades. La gente necesita ir a los sitios, los bienes necesitan ser transportados hasta su destino, y los negocios dependen del transporte. Sin mencionar el tráfico que entra y sale. La congestión para una ciudad es lo mismo que las venas obstruidas en un cuerpo: un peligro importante.
El tráfico bloqueado significa problemas para toda la ciudad
Igual que una arteria obstruida no afecta únicamente a las células de su entorno sino a todo el cuerpo, los atascos de tráfico y los cuellos de botella tienen impacto en toda la ciudad y sus alrededores.
El bloqueo de la movilidad hace que la ciudad deje de funcionar bien, y al igual que en el cuerpo, surgen varios síntomas:
- Los coches en punto muerto contaminan el aire y envenenan el medio ambiente.
- Las necesidades básicas no funcionan. En una emergencia, una ambulancia no puede llegar a tiempo por el atasco en la calle.
- La energía se concentra en solucionar problemas, en lugar de en hacer prosperar y crecer a la ciudad.
A pesar de que el tráfico atascado y caótico tiene efectos inmediatos, como la pérdida de tiempo, también tiene efectos a largo plazo.
La mala gestión del tráfico hace que la ciudad vaya muriendo lentamente. La congestión ralentiza el flujo de la vida en el centro de las ciudades, las empresas también van decreciendo, la gente se va alejando hacia las afueras, y las cosas no funcionan bien. Cuando el riesgo (para la salud) de una ciudad no es tratado, los resultados son destructivos a largo plazo.
Una mala distribución del aparcamiento es un peligro importante
Se calcula que un 30% del tráfico de la ciudad es de conductores buscando aparcamiento. Es un impacto importante sobre el total del tráfico, y no es bueno.
Cuando los conductores están buscando aparcamiento, ellos:
- Bloquean las calles para el resto del tráfico, lo que se va expandiendo por toda la red (efecto de acumulación)
- Provocan ingentes cantidades de emisiones como consecuencia de estar constantemente arrancando la marcha y parando, y conduciendo a una velocidad muy lenta
- Cuando al final encuentran aparcamiento, mantienen el coche durante el mayor tiempo posible, evitando que haya un flujo natural de coches y personas para moverse por las empresas
- Con todos estos factores se contribuye en la congestión y la interrupción de la movilidad en una ciudad, a corto y largo plazo
En esta imagen se muestra cómo el aparcamiento bloquea el centro de la ciudad de Helsinki (una ciudad en la que residen 500.000 personas, pero imagina la misma situación en una en la que vivan 10 ó 100 veces más personas):
Al igual que en el torrente sanguíneo, un sólo bloqueo obstruye todo el sistema. La búsqueda de aparcamiento no el único factor que causa esta congestión, pero sí es uno que apenas necesita una fuerte inversión si la ciudad requiere de soluciones a problemas más importantes. Cuanto mayor es la ciudad, mayor es el problema. Y más necesaria se hace la solución.
Las ciudades deben aspirar siempre a una mayor movilidad para mantenerse activas
Igual que el cuerpo humano, una ciudad está formada por incontables componentes que cuando se unen hacen que la vida cotidiana funcione. Si algo tan crucial como el flujo sanguíneo se bloquea, el sistema entero deja de funcionar. Por supuesto, no afecta en general a todo el funcionamiento, pero sí es un factor importante a la hora de hacer funcionar una ciudad, de mantener su pulso, su respiración y su desarrollo. Cuidar la gestión del aparcamiento es la forma de eliminar un factor de riesgo en la ecuación.
Las ciudades deben esforzarse siempre en mejorar el tráfico, hacerlo más fluido, fácil y flexible, y así es como se mantiene sana la ciudad.
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Foto principal por “Peter Hershey” de Unsplash/CC