La industria del aparcamiento ha intentado resolver durante mucho tiempo cómo detectar cuánta gente está aparcando, dónde y cuándo, y cuántos sitios libres hay en un momento dado. El crowdsourcing ofrece una solución que es al mismo tiempo rentable y eficaz en comparación con intentos anteriores.

Monitorizar con sensores el aparcamiento en cordón (en línea) para detectar la ratio de ocupación: un proceso problemático

Monitorizar la ocupación de las plazas de aparcamiento ha supuesto un reto para la industria desde hace mucho tiempo. La información sobre la tasa de ocupación de sitios libres es útil para los conductores, les ayuda a encontrar aparcamiento antes, mientras que los proveedores registran información sobre patrones y preferencias de los usuarios. Es un aliciente interesante a la hora de resolver el problema.

Esta cuestión es especialmente importante cuando hablamos del aparcamiento en cordón o en línea, el más común, porque en locales cerrados como garajes es posible controlar las plazas con sensores que registran entradas y salidas. Pero cuando se trata de aparcar en la calle, el proceso es más difícil, ya que estamos en un entorno abierto que necesitaría un sensor independiente por cada sitio para aparcar.

Los sensores de San Francisco demuestran la necesidad de big data en aparcamientos.

El ejemplo más famoso de sensores callejeros es probablemente el de San Francisco. Desde el año 2010, siguiendo el proyecto piloto SFPark, la ciudad ha instalado sensores magnéticos bajo unas 8000 plazas de aparcamiento para recoger datos y gestionar los precios. Poner en marcha este programa supuso un proceso enorme de instalación de sensores, y eso que se llevó a cabo únicamente en partes de una sola ciudad.

El programa SFPark, de hecho, ha mejorado la circulación en la ciudad en muchos sentidos, y ha dejado claro que dar a conocer la información sobre aparcamientos disponibles ayuda tanto a conductores como a proveedores de aparcamiento facilitando el encontrar sitio y minimizando las emisiones. El coste de este programa está alrededor de los 20 millones de dólares, un precio muy alto teniendo en cuenta que el retorno de la inversión no se puede predecir: ¿Cuánto cuesta que la economía crezca gracias a hacer que la gente encuentre aparcamiento más fácilmente? ¿Es sostenible? Los resultados del programa pueden ir viéndose en 5-10 años, por lo que este tipo de inversiones de momento tienen ese factor desconocido.

El mantenimiento, la instalación de nuevo, y el añadir cada plaza de aparcamiento nueva al sistema son tareas que van elevando los costes de forma indefinida.  

El crowdsourcing es una forma alternativa de recoger datos, y tiene muchos beneficios.

Veamos ahora otra forma de recoger datos. El crowdsourcing es un modo de recopilar información directamente entre usuarios. Funciona permitiendo que los usuarios compartan información entre sí sobre un servicio en tiempo real, y que además puedan hacer uso de la información que otros comparten. Para demostrar las ventajas del crowdsourcing sobre los sensores, vamos a explicarlo con un ejemplo sobre mapas.

Google Maps es el proveedor principal en navegación por el mapa de una ciudad. Google usa sensores de alta tecnología, como satélites, que reciben información desde todo el mundo en relación a su servicio de mapas. Para dar una información aún más completa de las calles, Google usa coches que hacen fotos del entorno. Sin embargo, la red de carreteras del mundo está en continuo cambio,  para dar la información de navegación lo más actualizada posible Google tiene que completar su sistema introduciendo información manual cada seis meses. Es un proceso repetitivo y caro. Y aún así no es perfecto, ya que no se navega en Google Maps en tiempo real.

La aplicación de navegación Waze basa su funcionamiento en el crowdsourcing, y le funciona.

En el año 2007 se lanzó una pequeña empresa de navegación llamada Waze. Abordaban el mismo problema de mapas de Google, pero Waze lo hizo a través de crowdsourcing. Con Waze, cada usuario de la aplicación funciona como un “sensor”, y contribuye subiendo información de las calles al servicio en la nube. Los datos recogidos están disponibles para otros usuarios, por lo que el servicio es capaz de informar sobre atascos de tráfico, obras y calles cortadas en tiempo real, gracias a la implicación de los usuarios de la aplicación.

No solo la información del tráfico que proporciona Waze es más completa y precisa que la de Google porque sea en tiempo real; sino que los costes también son una fracción de lo que Google habría necesitado. Es mucho más: con el aumento de los usuarios de Waze, sus recursos han ido creciendo al mismo tiempo, porque en realidad sus usuarios son sus recursos. El resultado: Google se vio prácticamente obligado a comprar Waze en el 2013 (¡por más de 1 millón de dólares!) porque estaba desafiando su hegemonía.

Lo mismo ocurre con el aparcamiento en la calle.

El ejemplo anterior demuestra que el crowdsourcing tiene muchas ventajas en lo referente a la precisión, la información en tiempo real y los recursos necesarios. ¿Pero son estos factores especialmente relevantes cuando hablamos de la industria del aparcamiento?

En realidad, lo son, y mucho. La “red” de plazas de aparcamiento en una ciudad puede ser tan compleja como el propio trazado de las calles en sí. Los ratios de ocupación y la estructura de aparcamientos en la calle están en continuo cambio, por lo que la recolección de datos de sensores instalados no llega a ser lo suficientemente eficaz para mantenerse al día actualizándose constantemente. Hay un número casi infinito de variables que tener en cuenta a la hora de recabar información en tiempo real a diario, y de momento no se ha creado aún ningún sistema de sensores capaz de trabajar casi a la perfección en un entorno como es el del aparcamiento en la calle, con unos costes razonables y una buena escalabilidad.

¿Qué pasaría si la industria del aparcamiento usara crowdsourcing en lugar de sensores?

En lugar de usar sensores caros, que necesitan mucho mantenimiento y que están vinculados a una localización concreta, los datos de aparcamiento podrían generarse a través de aplicaciones de crowdsourcing. ¿Qué pasaría si los conductores, las empresas de gestión de aparcamiento y las ciudades tuviesen incentivos por mantenerse informados entre sí sobre los cambios en su entorno en tiempo real? Los conductores podrían consultar al instante el ratio de ocupación de una calle concreta, porque entre ellos podrían comunicarse dónde han aparcado y dónde queda sitio libre. Los proveedores de aparcamiento también podrían recoger datos de valor sobre cambios o patrones de aparcamiento, y comunicar esta información a los conductores para que la ciudad en su conjunto funcione mejor.

Esto no sólo supondría una importante mejora de calidad para medir la ocupación de aparcamientos en línea con la acera, sino que también se genera una información muy útil en la gestión del tráfico y de los aparcamientos. Lo bonito del trabajo en equipo es que cuanta más gente se implica, mejor es la calidad y el alcance del servicio. Cada smartphone funciona como un sensor de alta tecnología, ¿por qué no aprovecharlo para crear una red de crowdsourcing de aparcamientos?

El crowdsourcing es la forma más rentable y completa para recopilar datos de aparcamientos en la calle.

En resumen, podemos concluir que en lo que se refiere a rentabilidad y calidad, el crowdsourcing es mejor solución que los métodos tradicionales de seguimiento de tráfico y ratios de ocupación. Aunque los programas basados en sensores han demostrado que la información en tiempo real para aparcar es muy valiosa para las ciudades, una infraestructura así es cara, y su instalación supone algunos problemas. Con el crowdsourcing, los conductores, las ciudades y los proveedores de aparcamientos obtienen los mismos beneficios gracias a su trabajo en equipo y en tiempo real.

Una pequeña empresa como Waze, que ha sido capaz de desafiar al gigante de los mapas, Google, con una estrategia tan sencilla, es la prueba de que el crowdsourcing es la dirección que tiene que seguir la gestión de aparcamientos. Gracias al GPS, es posible conseguir una buena experiencia de usuario, mejor oferta por parte de los proveedores de aparcamiento, y resultados más exhaustivos con muchos menos recursos.

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Foto principal por “James Cridland” de Flickr/CC